DECISIONES POLITICAS CON IDENTIDAD CIVICA *
Este texto rescata el debate contemporáneo sobre lo público
destacando dos tesis, en primer lugar admitir que lo Estatal
no es hoy el punto de iniciación de lo público y segundo
convocar a los estamentos deliberantes en Colombia para que
exaltemos el valor de lo público recientemente concebido como
contexto e realización política sin restricciones
gubernamentales insuperables, y en contrario consolidar áreas
de intermediación política que desaten autonomías locales
propicias para una ciudadanía con capacidad de integración en
políticas públicas de convivencia y calidad de vida humana.
Esto deriva en relaciones globales y regionales que originan instrumentos de cohesión que informan lo público surgiendo del vértice provocado por la relación global-local.
Estos son los argumentos que explican lo público como esfera independiente de lo Estatal que procede de escenarios y comunidades móviles, elásticas en sus modalidades de asociación y por ello dinámicas en la lectura de la sociedad del nuevo mundo.
¿Qué es lo público?, ¿A quién sirve reformular lo público como sinónimo de autonomía local, comunitaria y ciudadana?, ¿Por qué lo público supera realmente lo clásico en política?, ¿Qué es lo privado ante la reciente confirmación política de lo público?. Estas son líneas de interés social que expresan nuevas formas de integración de lo jurídico, lo gubernamental y lo civil. En la perspectiva de exponer tesis para explorar en las nuevas competencias sugeridas por los interrogantes indicados y tomando como núcleo de reflexión teórico y enfoque de realización política, lo público y lo cívico respectivamente, desarrollaré cuatro momentos que integran una lógica teórica que se inscribe en lo público como esfera autónoma que produce destellos de libre pensamiento, intercambios económicos conscientes y formas solidarias de cooperación no institucionalizadas para garantizar la seguridad ciudadana en Colombia.
I LA MODERNIDAD UN TROPIEZO PARA LA CONSOLIDACIÓN CONTEMPORÁNEA DE LO PUBLICO.
La modernidad política es la invención humana que ha comprometido geográfica, histórica y políticamente a mayor número de sociedades en occidente -lo que no garantiza que sea la forma de asociación política más eficaz- ha desarrollado dos áreas que le han garantizado alguna estabilidad en el curso de la historia, en primer lugar la nominación de un Estado fuerte con atribuciones fiscales y administrativas, normativizadas, y en segundo lugar un volumen considerable de teorías que la legitiman virtualmente. El riesgo que la modernidad no previó para el porvenir de sus apetencias fue desconocer la mutación de las costumbres políticas y la reformulación del sentido social para la convivencia, este error le ha propinado hondos disgustos de los cuales no se supera totalmente, a ellos contribuye la terquedad de sostener políticas centralizadas que superponen el poder del ejecutivo sobre los demás poderes y cierra la cadena de sus imprecisiones con la divulgación de una cultura política con base en normas sin valores cívicos. La modernidad política de rostro formal observada al trasluz de lo público que desata autonomías cívicas desmaya con facilidad y pierde interés social.
Para lo público hoy la modernidad representa un tropiezo por cuanto no convoca a la acción política y está superada por nuevos escenarios de configuración de lo político. Para demostrar esta superación voy a indicar los procedimientos de construcción de las decisiones políticas en ambos modelos.
La modernidad la represento con una pirámide y lo público en la contemporaneidad con el circulo. En términos de toma de decisiones la modernidad se ajusta a una pirámide normativa que actúa con base en la lógica de la decisión autoritaria, en la cúspide el ejecutivo del cual dependen los ministros que tramitan las ordenes del gobernante -no siempre originadas en la equidad- la pirámide se amplía en cuerpos intermedios que legalizan en la norma jurídica los escrúpulos del ejecutivo y en la base piramidal los ciudadanos obedientes a los impuestos, a los jueces y "a la mano invisible" de la economía de mercado. La decisión política se articula en tres partes de la pirámide, en la cúspide el ejecutivo ordena, en la base los ciudadanos no reconocidos y en medio de ambas fuerzas funcionarios Estatales que fiscalizan los mecanismos de relación entre Estado y sociedad. En la modernidad piramidal lo público corresponde a decisiones gubernamentales del ejecutivo y del Estado.
En la representación contemporánea de lo público los valores políticos legitiman su integración en las comunidades, lo represento en un circulo para indicar que la construcción de nuevos escenarios de progreso político, la participación y los ciudadanos activos son sus características dinámicas básicas. Lo público en esta perspectiva se reproduce en contextos descentralizados integrados por lógicas cívicas internas que no se identifican con los clásicos instrumentos del Estado socio-céntrico, la periferia política se desagrega de una versión cosmo-política y centralista, el tejido social ahora se ordena con base en decisiones públicas de origen auténticamente ciudadano que derivan en formas alternativas de democracia que rediseñan los fines personales de vida en sociedad -la democracia alternativa de configuración no Estatal-.
La figura del circulo para definir la comprensión contemporánea de lo público obedece a la dinámica por cuanto el núcleo del circulo lo define la transformación social que en un período puede ubicarse en el centro y luego en diversos lugares del circulo, las decisiones no se ajustan a las características nucleares sino a las exigencias que el circulo en su marcha demanda al ciudadano para configurar organizaciones democráticas que fluyen al progreso político, aquí la democracia está definida por la flexibilidad en los modos de configuración de organizaciones cívicas que permitan al ciudadano integrarse con fines políticos sin perder la autonomía e intimidad, a un tiempo garantizar su papel fundamental en la composición de redes democráticas que apuntan a la convivencia comunitaria; el efecto notable de esta reconsideración de la acción-ciudadano-comunidad en términos de dinámicas políticas internas circulando permanentemente, es lo público como figura de cohesión local que limita los embates modernos de los formalismos y divulga un nuevo sentido? de realización política con base en valores políticos realizables mediante formas democráticas confiables que articulan la seguridad personal y prevén por planeación ciudadana los riesgos sociales visibles en el mediano plazo.
Si la modernidad piramidal consolida su estructura en la normatividad y el autoritarismo decisional, la reflexión contemporánea de lo público encuentra en la dinámica circular de las decisiones ciudadanas un reciente registro de recomposición en la comprensión de la vida en sociedad y del valor de interactuar en la construcción de redes políticas que activen una democracia alternativa de origen no Estatal; lo público en consecuencia supera con rigor epistémico a la clásica modernidad y lanza al ciudadano colombiano contemporáneo ante nuevos retos en sus formas de congregación y desarticulación cívica mediante formas de participación opcionales y creativas. Los valores políticos dinámicos de lo público hoy, rechazan las decisiones normativas rígidas y al lograrlo propician ámbitos de práxis política no Estatalizados pero sí cívicos.
II EL TERRITORIO UNA INSTITUCIÓN POLÍTICA QUE CONFIRMA LO PUBLICO
El impacto de lo público en la sociedad contemporánea redefine el sentido social de las competencias gubernamentales, jurídicas y del territorio. La incursión de lo público representado en categorías de redemocratización divide el panorama social actual en dos áreas incontrastables, un espectro clásico regulado en la norma y una dimensión actual edificada sobre instrumentos que representan interés político; en consecuencia todo evento que se origine en medio de controversias civiles produce efectos públicos.
La legislación territorial para el uso del suelo en la perspectiva de distribución con equidad, caracterizó la interpretación clásica de territorio. Hoy las formas de integración e interpretación sobre el territorio corresponden a nuevas dinámicas que lo vinculan con la ciudadanía transformándolo en una institución política de interés público.
La versión contemporánea de territorio como
institución política integra dos variables:
a) la desregulación de fronteras físicas, hoy el territorio se define por afinidades lingüísticas, culturales y políticas, por lo tanto cubre áreas públicas y no geográficas -Quebec, las franjas palestinas de invasión religiosa, guetos raciales-,b) la integración internacional como principio de rectificación territorial, el territorio integra lo público por cuanto surge de la mezcla global/local, el territorio ahora se integra por razones económicas, civiles o políticas en el plano internacional porque en él impactan las decisiones externas y a su vez en el orden mundial interesan los usos políticos internos del mismo -el desplazamiento como hecho político, el deterioro de los derechos fundamentales, el desempleo y las políticas inflacionarias internas-.
- Nuevas formas de construcción de la seguridad pública. La tradicional comprensión de lo público vinculada directamente con las estructuras Estatales explicaba la seguridad nacional relacionada con los instrumentos castrenses y legislativos para proteger la unidad provocada del Estado moderno. En el reciente panorama de lo público fundado en figuras de cohesión política no Estatal, la seguridad pública se construye y actualiza en escenarios que definen por si mismos las reglas de acción en las cuales el interés por la aprobación del Estado father -paternalista-es nula.
La definición de seguridad pública hoy nace en los sistemas de actuación cooperada que conservan reglas, normas y valores porque la voluntad propia del ciudadano se ha activado sin imposiciones externas a su capacidad de integrarse y proteger el tejido comunitario en el cual vive solidariamente. Los tradicionales y permeados canales intermedios de seguridad Estatal y civil que actúan simbólicamente como nexos entre gobierno y ciudadanía no son operantes, alcanzaban su satisfacción una vez establecían un orden autoritario no eficaz, la actual construcción de la seguridad individual y comunitaria sobre niveles de asociación cooperada no reglamentados demuestran nuevas formas de contacto entre las personas y lo público. Los vínculos afectivos que desata la amenaza de un revés sísmico son afinidades que conducen a la reunión espontánea para la protección de ancianos y niños y básicamente de la vida humana, es ésta una modalidad de asociación cooperada no reglamentaria que enseña la actual definición de lo público en materia de seguridad, un caso más que lo demuestra es el sentimiento generalizado de pertenencia a la corporación simbólica de mujeres y hombres que para combatir el desempleo habitan las calles de la ciudad para practicar formas de mercado no institucionales. Las formas de lenguaje e integración intergeneracional que se reproducen entre la comunidad no formalizada de ciudadanos de la calle que viven de la noche, no se interesan por la democracia y en su cotidianeidad consolidan una gramática definida por sus formas no reglamentadas de asociación lingüística, con el rediseño de lo público que procede del tejido ciudadano no Estatal la dimensión de la seguridad individual y social se transforma.
- Diseño de redes decisionales creíbles. El éxito de la modernidad consiste en ocultar las intenciones y canales de las decisiones que interesan el cuerpo social de la democracia, con el rediseño de lo público en la sociedad contemporánea se actualiza el principio político por excelencia de las sociedades dinámicas: La decisión cívica con efectos públicos.
El reconocimiento de organizaciones de ciudadanos instalados en situaciones políticas claves al interior de la comunidad cívica representa la principal característica de la red decisional creíble que vincula dos aspectos complementarios, en primer lugar la práctica de justicia comunitaria que acepta las múltiples intenciones civiles de los ciudadanos integrantes de las comunidades reales y segundo la realización de los derechos de participación y petición que justifican la decisión directa del ciudadano en los planes sociales futuros de su comunidad.
La red decisional creíble adquiere consistencia social en el equilibrio proporcionado por la justicia comunitaria y la participación directa del ciudadano, a su vez ella facilita los nexos entre vida privada y pública a partir del ciudadano contemporáneo que decide políticamente respetando la pluralidad comunitaria, con esto lo público representa un ámbito real en el que la ciudadanía desmiente el espíritu utópico de la modernidad inconclusa.
Doctor en Ciencia Política y Relaciones Internacionales (Universidad Nacional de Rosario, Argentina). Profesor y Evaluador en Cursos de Grado, Postgrado y Doctorado en el país y en el exterior. Director del Centro de Estudios Internacionales Argentinos (CEINAR) y de la Revista Argentina de Relaciones Internacionales, 1977-1981. Miembro Observador Internacional del Comité Internacional de Apoyo y Verificación CIAV-OEA en la "desmovilización" de la guerrilla "contra" en Nicaragua, 1990. Director de Doctorado en Relaciones Internacionales, Universidad Nacional de Rosario, Rosario, Argentina, 2002-2005. Investigador Científico del "Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas" (CONICET).